giovedì 27 agosto 2009

El ser puntual

Segunda fila. Como es costumbre, aún no inicia el evento sobre Borges, acordado para las siete de la noche en punto.
Las viejas y la gente a mi alrededor hacen alarde de cuantas cosas han obtenido en la vida. Sobre todo las viejas. Una de ellas dice haber conocido al escritor en persona, una noche en Buenos Aires; asegurando que le había cautivado con su hermosura. Otra de ellas dice que adquirió la manía de leer enciclopedias. Y las demás escuchan atentas, mientras yo me cago en los pantalones.

domenica 9 agosto 2009

Sustancia

Siento un arrebato que derrite mi cuerpo y desprende en burbujas mi alma.

martedì 14 luglio 2009

Crepuscular


Cuando volví al amanecer, luego de haber caminado casi por toda la ciudad, el reloj que marcaba cada segundo de mi desesperación se había detenido. Permanecí en absoluto silencio durante casi todo aquel día; sin imaginar qué sería de mi vida sin un reloj.

Y hoy, luego de setenta y seis años, aún resuenan las últimas voces que escuché aquella vez cuando llamaron a la puerta: “Cuídate mucho que pronto volveremos por ti”.

sabato 23 maggio 2009

Por ti

Los minutos enloquecen conmigo; los segundos se hacen más rápidos. Por ti dejé de permanecer en mi cuerpo durante algún tiempo; y ya no he querido estar solo.

domenica 10 maggio 2009

Picadillo rutinario

Al Perú limeño

Cada paradero, como de costumbre, se torna desordenado; y cada combi con intenciones de atropellar detiene sus ochenta kilómetros por hora de manera abrupta, dejando en el paradero un olor asfixiante a llanta quemada. Entre el humo que se despide de los neumáticos, aparece la silueta de un individuo que se dispone a subir. Sube. Le pide cortésmente a una dama que le ceda el paso; y el tipo se deja caer pesadamente en el asiento junto a la ventana. Permanece erguido, con la mirada al frente y de vez en cuando agacha la cabeza para mirar su reloj. Mira discretamente a la dama de minifalda que va junto a él; ella hace lo mismo. El sujeto se inclina hacia la ventana, saca una billetera, la revisa; extrae recibos, también algunas tarjetas; y empieza a hacer picadillo uno a uno los recibos, abre la ventana y los echa. Permanece en silencio, con la mirada fija en las tarjetas. Luego de un momento hace lo mismo con ellas, mira sigilosamente al policía de tránsito que está ordenando el tráfico y arroja nuevamente otro picadillo de papeles. Presurosamente, empeñado en conseguir algo, rebusca cada bolsillo de su traje.
Ahora, después de un horroroso estruendo y gritos de dolor, el individuo está entre papeles, en medio de la pista con el cráneo destrozado. Los pasajeros y el conductor han muerto. El conductor del camión ha sobrevivido. Los vehículos deformados despiden un olor a gasolina, y empiezan a nublar el día con un denso humo.

martedì 3 febbraio 2009

Hembra

Concédeme el deseo de mi primera vez; y yo te amaré por sobre todas las hembras.

La luz del día llega con rezagos de una noche incandescente.

¡Oh, María de Magdala!, mi primera vez. Yo te amo por sobre todas las hembras.

venerdì 9 gennaio 2009

Noches metálicas

Te levantas de la cama; y deseas ansiosa incrustarte por mis pupilas, poseerme a tu antojo; aún es de noche, y estoy despierto; te veo ahí, bailando, moviéndote de una manera que me aloca.

Aún es de noche sobre mi cuerpo; y tú, despojada de las sábanas, haces de cuenta que duermo.

Sabes que no duermo; sabemos que aún es de noche sobre la cama. Es de noche, ¡aún es de noche!; pero, tú, te deleitas al verme suspendido, paralizado… grabado en tu cama.