sabato 23 maggio 2009

Por ti

Los minutos enloquecen conmigo; los segundos se hacen más rápidos. Por ti dejé de permanecer en mi cuerpo durante algún tiempo; y ya no he querido estar solo.

domenica 10 maggio 2009

Picadillo rutinario

Al Perú limeño

Cada paradero, como de costumbre, se torna desordenado; y cada combi con intenciones de atropellar detiene sus ochenta kilómetros por hora de manera abrupta, dejando en el paradero un olor asfixiante a llanta quemada. Entre el humo que se despide de los neumáticos, aparece la silueta de un individuo que se dispone a subir. Sube. Le pide cortésmente a una dama que le ceda el paso; y el tipo se deja caer pesadamente en el asiento junto a la ventana. Permanece erguido, con la mirada al frente y de vez en cuando agacha la cabeza para mirar su reloj. Mira discretamente a la dama de minifalda que va junto a él; ella hace lo mismo. El sujeto se inclina hacia la ventana, saca una billetera, la revisa; extrae recibos, también algunas tarjetas; y empieza a hacer picadillo uno a uno los recibos, abre la ventana y los echa. Permanece en silencio, con la mirada fija en las tarjetas. Luego de un momento hace lo mismo con ellas, mira sigilosamente al policía de tránsito que está ordenando el tráfico y arroja nuevamente otro picadillo de papeles. Presurosamente, empeñado en conseguir algo, rebusca cada bolsillo de su traje.
Ahora, después de un horroroso estruendo y gritos de dolor, el individuo está entre papeles, en medio de la pista con el cráneo destrozado. Los pasajeros y el conductor han muerto. El conductor del camión ha sobrevivido. Los vehículos deformados despiden un olor a gasolina, y empiezan a nublar el día con un denso humo.