giovedì 31 dicembre 2015

La gloria de vivir y morir al mismo tiempo

¡Le estoy permitiendo a la vida negarme sus placeres!, exclamé. La dama me correspondió acomodándose el cabello a un lado; yo estaba perturbado por su sonrisa. Las proporciones de sus labios reflejaban su voracidad al besar; me lo demostró. Caminamos juntos de la mano; después, experimenté la gloria de vivir y morir al mismo tiempo, cuando irremediablemente enloquecido me perdí en la profundidad de sus pupilas dilatadas.