¡Le estoy
permitiendo a la vida negarme sus placeres!, exclamé. La dama me correspondió
acomodándose el cabello a un lado; yo estaba perturbado por su sonrisa. Las proporciones de sus labios reflejaban
su voracidad al besar; me lo demostró. Caminamos juntos de la mano; después,
experimenté la gloria de vivir y morir al mismo tiempo, cuando irremediablemente
enloquecido me perdí en la profundidad de sus pupilas dilatadas.
Militancia en marcha: del autobús 47 a la lucha por el hogar*...Pablo A.
Rosa Carmona
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*¡Feliz Día Internacional de l@s Trabajador@s!*
Foto: *Eduard Fernández* en *El 47*, de *Marcel Barrena*En el año 1982, *Manuel
Vázquez Montalbán *vino a d...
6 giorni fa
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